El impacto de la confesión de Ovidio Guzmán podría sacudir incluso a la política mexicana
Las declaraciones del hijo de Joaquín «El Chapo» Guzmán en territorio estadounidense podrían tener consecuencias significativas, con el potencial de alcanzar hasta los niveles más altos del poder político en México.
Ovidio Guzmán López, quien en 2019 fue liberado tras un operativo militar fallido conocido como el «Culiacanazo», finalmente se entregó a las autoridades de EE.UU. y aceptó su culpabilidad en delitos relacionados con el narcotráfico. Su testimonio representa un giro decisivo en la lucha contra el Cártel de Sinaloa.
“Este es un triunfo claro no solo para EE.UU., sino también para México y para el imperio de la ley”, declaró Ray Rede, agente interino de Investigaciones de Seguridad Nacional del ICE.
Es la primera ocasión en que un miembro directo de la familia Guzmán reconoce ante la Justicia su papel en las operaciones del cartel. Mientras su padre cumple cadena perpetua en EE.UU. y niega su implicación, Ovidio rompe con ese silencio.
Según un comunicado oficial del ICE, Ovidio confesó que él y sus tres hermanos —conocidos como «Los Chapitos»— asumieron el control del Cártel de Sinaloa tras la captura de su padre en 2016. De ellos, Iván Archivaldo y Jesús Alfredo siguen en libertad, liderando el grupo, mientras Joaquín Guzmán López también se encuentra detenido en EE.UU., con rumores de que podría colaborar con las autoridades.
¿Qué significa esto para «Los Chapitos»?
Víctor Sánchez, académico de la Universidad Autónoma de Coahuila, considera que la organización pierde a una pieza clave. “Ovidio tenía funciones operativas importantes dentro del tráfico de drogas: fentanilo, cocaína, metanfetaminas”, explicó.
El hijo del Chapo admitió haber coordinado el envío de drogas hacia EE.UU. utilizando medios como túneles, aeronaves y trenes, así como el lavado de dinero a través de efectivo, transferencias bancarias, bienes y criptomonedas. También reconoció haber recurrido a la violencia contra rivales, autoridades y civiles.
No obstante, Sánchez aclara que Ovidio no era el principal líder: «Era más visible por el ‘Culiacanazo’, pero en términos jerárquicos estaba por debajo de Iván Archivaldo y Alfredo».
¿Qué planean sus hermanos?
Con uno de sus medio hermanos en manos de la justicia estadounidense, y otro potencialmente colaborando, la incertidumbre crece dentro del círculo de los Guzmán. “Están cada vez más paranoicos y desconfiados”, advirtió el fiscal estadounidense Todd Gordon.
El temor a un nuevo episodio violento como el del 2019 persiste, aunque hasta ahora no se ha repetido un estallido similar. Mientras tanto, la disputa interna con el ala del cartel conocida como «La Mayiza», liderada por los hijos de Ismael “El Mayo” Zambada, continúa.
Expertos no descartan una estrategia conjunta entre los hermanos. «Puede que estén actuando en coordinación para reducir el daño y proteger a la familia», especula Sánchez. Incluso se ha señalado que toda la familia cercana de Ovidio abandonó México y ahora reside bajo protección en EE.UU.
Otro detalle llamativo: tanto Ovidio como Joaquín Jr. comparten defensa legal con el mismo abogado, Jeffrey Lichtman. En julio de 2024, Joaquín Jr. se entregó en Texas, presuntamente facilitando la captura del Mayo Zambada. ¿Acuerdo entre familias o traición interna? Las conjeturas siguen.
Guerra congelada, pero activa
El conflicto entre las facciones del Cártel de Sinaloa parece estar en un punto muerto. Aunque «La Mayiza» ha tenido ciertos avances, no han logrado un dominio total. Según informes, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) estaría aprovechando esta división para ganar territorio, incluso formando alianzas con “Los Chapitos”.
Para Estados Unidos, la confesión de Ovidio marca un hito. “Cada día que pasa, el Cártel de Sinaloa se debilita más”, aseguró el fiscal Gordon. Desde México, el gobierno afirma estar desarticulando progresivamente las redes criminales.
La política en la mira
El testimonio de Ovidio podría implicar a figuras relevantes en la política y el sector empresarial mexicano, según advierte el analista Sánchez. «Hay mucho nerviosismo por lo que él podría revelar», comentó.
En respuesta a las acusaciones de corrupción lanzadas por el abogado de los Guzmán, la presidenta Claudia Sheinbaum presentó una demanda por difamación, rechazando los señalamientos y defendiendo la cooperación bilateral con EE.UU.
Esto se produce en un contexto de tensiones renovadas entre ambos países, especialmente tras las recientes declaraciones del expresidente Donald Trump, quien acusó a los cárteles de controlar México y a sus líderes políticos.
Sheinbaum respondió directamente a Trump: «Deben reconocer su crisis interna por el consumo de drogas», dijo, defendiendo la colaboración con las autoridades estadounidenses en la lucha contra el narcotráfico.