Es la segunda víctima fatal del tiroteo registrado la semana pasada en un centro de detención en Estados Unidos.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, se pronunció este martes sobre la muerte de Miguel Ángel García Hernández, un inmigrante mexicano que falleció tras resultar herido en un tiroteo ocurrido frente a un centro del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) en Dallas, Texas.
Durante su conferencia matutina, la mandataria confirmó que el Gobierno mexicano ha brindado acompañamiento a la familia del joven. “Se hicieron todos los trámites para que su madre pudiera estar allá y se está en contacto con la familia. Hay tanto apoyo económico como moral, y si quieren presentar una denuncia, se les dará todo el apoyo necesario”, expresó Sheinbaum, aunque no precisó el tipo de demanda que podría presentarse.
La presidenta también recordó que, en este y otros casos de abusos o vulneraciones a los derechos de migrantes mexicanos en EE.UU., su Gobierno ha enviado notas diplomáticas para exigir investigaciones a fondo. “Lo que hacemos es apoyarlos a través de los consulados. En caso de que quieran presentar una denuncia, los acompañamos con abogados”, añadió.
Sheinbaum destacó que, aunque la seguridad de los mexicanos en Estados Unidos recae en las autoridades de ese país, su administración mantiene una postura firme contra las políticas antiinmigrantes y trabaja activamente para defender a la comunidad migrante. “Si hay una violación, intervenimos con protección consular y, en todos los foros en los que participamos, defendemos a los mexicanos en el exterior”, subrayó.
La declaración surge en medio de una creciente preocupación por la seguridad de los migrantes, especialmente desde que Donald Trump asumió la presidencia de EE.UU. por segunda vez en enero pasado. La mandataria fue cuestionada sobre las medidas tomadas ante las agresiones que han sufrido connacionales, y reiteró su compromiso de brindar respaldo total.
¿Qué ocurrió en Dallas?
El 24 de septiembre, Joshua Jahn, un hombre de 29 años, se subió al techo de un edificio ubicado frente a una sede del ICE en Dallas y abrió fuego de manera indiscriminada contra las personas que se encontraban en la zona. Posteriormente, se suicidó.
El tiroteo dejó tres víctimas. Norlan Guzmán Fuentes, un salvadoreño de 37 años, falleció el mismo día del ataque. Miguel Ángel García Hernández, de 32 años, fue trasladado a un hospital con heridas graves, pero murió seis días después. Un tercer hombre, cuya identidad no ha sido revelada, continúa hospitalizado.
García Hernández vivía en Estados Unidos desde los 13 años y trabajaba como pintor. Había sido detenido en agosto, presuntamente por conducir bajo los efectos del alcohol, y posteriormente fue trasladado a una instalación de ICE para enfrentar un proceso de deportación.
Tras el ataque, el presidente Donald Trump culpó a la oposición, sin presentar pruebas. “Esta violencia es el resultado de que los demócratas de izquierda radical demonizan constantemente a las fuerzas del orden, piden que se elimine el ICE y comparan a los agentes del ICE con ‘nazis’”, declaró el mandatario.