Gasolina, narcos y millones: así operaba el negocio binacional que enriqueció a cárteles y empresas de EE.UU.
Una red criminal que operaba a ambos lados de la frontera entre México y Estados Unidos ha salido a la luz, revelando un esquema multimillonario de robo y tráfico de combustible que beneficiaba directamente a los cárteles mexicanos. En el corazón de esta operación: varias compañías estadounidenses que no solo procesaban el crudo robado, sino que además facilitaban el lavado de dinero y la evasión fiscal.
Según investigaciones recientes, las organizaciones criminales mexicanas extraían crudo de manera ilegal de instalaciones de Pemex, lo cruzaban a territorio estadounidense, donde empresas como Arroyo Terminals, Big Hog Energy y Jentran lo refinaban para posteriormente regresarlo a México camuflado como gasolina legal. Todo esto sin pagar impuestos y con la complicidad de funcionarios federales en ambos países.
Un fraude transnacional con nombre y rostro
En el centro de esta operación se encuentra James Jensen, un empresario millonario y líder de Arroyo Terminals, con sede en Río Hondo, Texas. Junto a su esposa y dos de sus hijos, Jensen fue acusado por la DEA de colaborar con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), participando en el lavado de dinero y facilitando el contrabando sistemático de petróleo crudo.
Las autoridades calculan que 2,881 cargamentos de crudo ingresaron ilegalmente a EE.UU. entre mayo de 2022 y principios de 2025. Este esquema, según fuentes oficiales, se convirtió en una de las principales fuentes de financiamiento para los cárteles, generando más de 300 millones de dólares en ganancias, de los cuales al menos 47 millones fueron a parar directamente a manos del crimen organizado.
“Casos como este revelan los vínculos peligrosos entre empresas estadounidenses sin escrúpulos y organizaciones terroristas”, afirmó Craig Larrabee, agente especial del ICE-HSI.
Funcionarios, empresarios y gasolineras: la red completa
El esquema no se limitaba a Jensen y su familia. La red también incluía a funcionarios mexicanos, empresas intermediarias y gasolineras que finalmente ponían el combustible en el mercado nacional. El crudo cruzaba la frontera por Tamaulipas, se almacenaba en Texas, se refinaba y regresaba a México con etiquetas falsas, gracias a la corrupción en las aduanas.
Durante 2023, la Fiscalía General de la República (FGR) detectó la consolidación de esta red, con participación de cárteles como el CJNG, Los Zetas y el Cártel de Sinaloa, todos beneficiándose del robo y comercialización ilegal de hidrocarburos.
El matrimonio Jensen y sus hijos fueron arrestados en abril. De ser declarados culpables, podrían enfrentar hasta 20 años de prisión. El caso se perfila como uno de los más emblemáticos en el combate al crimen organizado transnacional, donde los beneficios y responsabilidades cruzan fronteras y alcanzan los más altos niveles empresariales.